Le suelo decir a los que me preguntan que si te da miedo no saber por la mañana dónde vas a dormir en el Camino de Santiago, mejor no vayas.
En realidad, no importa, porque mientras estás en El Camino, una de las cosas mágicas que ocurren es que nunca te vas a quedar si un sitio donde dormir.
Ya sea albergue municipal, parroquial, pensión, polideportivo, casa rural u hotel de tres o más estrellas, El Camino está plagado de sitios donde dormir, sobre todo una vez en León. Se puede salir por la mañana sin planificar, a no ser que sea verano y fecha cercana al 25 de agosto, que ahí el mundo está loco y es verdad que la afluencia se dispara.
Para los que hagan el Primitivo, Salvador o el de Madrid, ahí la cosa cambia un poco y los albergues están un poco contados, por lo que es bueno tener claras las etapas.